Hogar » Más allá del suelo: la revolución de la fresa
El cultivo de fresas está experimentando una transformación a medida que los agricultores abandonan cada vez más el cultivo tradicional en suelo en favor de sistemas sin suelo, en particular los canales de sustrato y el cultivo en canaletas. Los resultados son elocuentes: rendimientos considerablemente mayores, una renovación acelerada de los cultivos y una utilización optimizada de los recursos.
Investigaciones convincentes demuestran que las fresas cultivadas en sustratos orgánicos, como la fibra de coco o la turba, superan consistentemente a las fresas cultivadas en suelo, tanto en peso como en calidad general. Este rendimiento superior se debe a una mejor oxigenación de la zona radicular y a una mejor absorción de nutrientes (Miceli et al., 2008; Licastro et al., 2025). Los productores comerciales israelíes reportan aumentos de rendimiento de hasta el 100 % en comparación con áreas de cultivo equivalentes al realizar la transición a sistemas sin suelo.
Las ventajas van más allá de la mera productividad. Los entornos sin suelo muestran una uniformidad notable, con un daño significativamente menor a la fruta gracias al sistema de cultivo elevado que evita el contacto entre la fruta y el suelo, y una maduración más temprana de los cultivos. Todos estos factores son cruciales para aprovechar las escasas oportunidades de mercado y lograr ciclos exitosos de múltiples cosechas. Esta previsibilidad permite a los productores coordinar mejor con distribuidores y minoristas, reduciendo el desperdicio y maximizando la rentabilidad.
Si bien la inversión inicial en infraestructura sin suelo puede superar a los métodos tradicionales, la rentabilidad a largo plazo resulta atractiva. Los agricultores experimentan reducciones significativas en los costos de mano de obra, las dificultades para la cosecha, la aplicación de pesticidas y el consumo de agua, especialmente al operar en instalaciones de Agricultura en Ambiente Controlado (ACE). Estos sofisticados sistemas de invernadero permiten un control preciso de las variables ambientales, como la intensidad de la luz, los niveles de humedad y los programas de fertirrigación, lo que permite lograr una agricultura de precisión a escala comercial (Alavi et al., 2025).
Los beneficios ambientales refuerzan aún más la importancia de su adopción. Estudios recientes del ciclo de vida revelan que la producción de fresas sin suelo genera menos emisiones de carbono por kilogramo de fruta en comparación con los métodos convencionales basados en suelo, especialmente al incorporar protocolos de reutilización del sustrato (Licastro et al., 2025). Esta ventaja en materia de sostenibilidad posiciona a los productores en una posición ventajosa en mercados cada vez más conscientes del medio ambiente.
El cultivo sin suelo ha evolucionado de una técnica experimental a una estrategia comercial generalizada. Para los productores que buscan una producción escalable y eficiente sin las limitaciones de la calidad y disponibilidad del suelo, la evidencia es clara: en la agricultura moderna de fresas, «sin suelo» significa mucho más.